lunes, 18 de abril de 2011

Cambios

Las cosas a veces no son como uno espera, pero la clave para sobre llevar todo, es el óptimismo. No me gusta escribir, mucho menos leer. Soy una mujer de televisión, de aventura, de riesgo y decidida a cumplir mis proyectos a delugar. Ahora soy así, deje el color rosado, las tonterías y chiquilladas para madurar. No sé si yo solita estoy tratando de buscar mi lugar o es que una fuerza extraña me empuja. No lo sé y tampoco es mi objetivo averiguarlo, lo que si es cierto y contundente, es que hoy lucho, peleo y no me dejo amilanar por nadie. Mi voz tiene peso, mi rostro firmeza y mi corazón valor.
Pocos entienden mi cambio, amigos de toda la vida se sorprenden. Distante, callada, pensante, con ironia en la mirada, son algunos de los abjetivos que utilizan, no me siento mal por eso. Quizá, ya llego el momento de diferenciarme de la manada, de los chicos que solo bebén, hablan cojudeces y no tienen planes en la vida. Llego el momento de abrir vuelo, de dejar de ser una marioneta y la niña tímida, engreída que solia ser y convertirme en la mujer.
Es un cambio del alma, donde no existen hipócrecias, ni sonrisas falsas. Las cosas como son. Todo esto me a llevado al climax de la vida, a sentir la pasión de hacer algo y disfrutarlo, sin lamentos ni reparos. Ahora no importa confundirse, errar, caerme; tengo el gusto de equivocarme, levantarme y seguir viviendo.
El cambio es completo, los que me conocierón, saben que morí,  luego revivi y ahora me desconocen, porque soy una mujer de verdad.
Cada historia tiene una canción, esta es la mia... la canción del cambio.